En el corazón de la comunidad de Santa Lucía, reside una familia excepcional que ha desafiado las adversidades y se ha elevado hacia la grandeza a través de su inquebrantable espíritu de superación. Danubia Parrales Aguilar, junto con su esposo Martín y su hija Guadalupe de 9 años, personifican la determinación y la pasión por forjar un futuro mejor.
Hace unos años, esta valiente familia caminaba por un camino distinto. Empleados en la bulliciosa capital para una empresa, tomaron la audaz decisión de renunciar y abrazar el mundo de la agricultura y la panadería. Esta elección no estuvo exenta de sacrificios a lo largo de los años, pero su resiliencia los impulsó a seguir adelante.
Danubia aprendió los secretos de la panadería de su hermana, y en 2018, con su esposo, comenzaron su propio proyecto de panadería. Durante muchos años, se trasladaban a otro rincón de la comunidad, a El Trapiche a 2 km, donde su madre gentilmente les prestaba su horno, ya que no contaban con uno propio. El negocio prosperó y llegaron a emplear a tres personas más. Sin embargo, la llegada de la pandemia del COVID-19 marcó un punto de inflexión, y el negocio se detuvo.
Pero incluso en medio de la adversidad, llegó una luz de esperanza a sus vidas: el proyecto de Huertos Familiares de ANDECU. Fue la oportunidad que tanto ansiaban. Se les brindó asistencia técnica, capacitaciones, semillas y un sistema de riego por goteo. En la primera cosecha, los pipianes florecieron en abundancia y salieron a venderlos en su carreta. Con las ganancias, construyeron su propio horno en casa, un hito que marcó un cambio significativo.
El horno en casa no solo representaba comodidad, sino una mejora en sus condiciones y la reactivación de la producción de pan. Ahora, no solo ahorran la distancia que solían recorrer para hornear en casa de su madre, sino que también han empezado a recuperar la clientela que tenían años atrás. En estos momentos, también cuentan con una producción abundante de pipianes, que venden en su comunidad.
Esta familia, como tantas otras, está llena de sueños y aspiraciones. Anhelan expandir su panadería y fortalecer su producción de cultivos, con la meta de generar empleo y mejorar sus ingresos. Uno de sus sueños más fervientes es adquirir un medio de transporte que les permita llegar a más personas y comercializar sus productos.
La historia de Danubia Parrales Aguilar y su familia es una lección de determinación y fe en el futuro. Nos recuerdan que, incluso en los momentos más difíciles, los sueños pueden convertirse en realidades palpables con perseverancia y apoyo. Contribuyamos a su éxito, acompañémoslos en su viaje y celebremos juntos su triunfo. ¡El mañana les depara un horizonte lleno de éxitos y logros!